Tendinitis del Bíceps.

¿Qué es la Tendinitis o Tendinopatía del bíceps?.

La tendinitis o tendinopatía del bíceps generalmente se presenta en asociación a otras patologías del hombro.

La patología del bíceps abarca un espectro de lesiones que se pueden presentan desde su origen en el hombro hasta su inserción en el codo.

El músculo bíceps braquial se localiza en la parte anterior del brazo. Se compone de dos tendones proximales (porción larga y porción corta) que unen el músculo al hueso a nivel del hombro y un tendón distal que lo une al codo, en la tuberosidad bicipital del radio.

El bíceps braquial participa en la flexión de codo, en la supinación del antebrazo (movimiento que permite girar las palmas de las manos hacia arriba) y ayuda a estabilizar la articulación del hombro.

La tendinitis o tendinopatía del bíceps corresponde a una inflamación de la porción larga del bíceps, la cual generalmente se presenta en asociación a otras patologías del hombro. Entre éstas, la más frecuente la lesión del manguito rotador (conjunto de músculos y tendones que cubren la cabeza humeral dando estabilidad al hombro y permitiendo elevar y rotar el brazo).

Pese al nombre la tendinitis es un proceso agudo, pero la mayoría de los casos acaba en un proceso crónico (tendinosis).

Habitualmente el daño del tendón del bíceps se produciría por actividades repetitivas sobre el nivel del hombro, ya sea en el trabajo o en deportes como la natación, vóleibol, golf y tenis.

A medida que pasan los años, el tendón va sufriendo y deteriorándose, afectándose su estructura de colágeno, pudiendo llegar incluso hasta la rotura.

Rotura del bíceps

En azul el trayecto y anclaje de la porción larga del bíceps en la fosa supraglenoidea.
En rojo la apófisis coracoides, lugar de anclaje de la porción corta.

Causas de la tendinitis del bíceps.

Diversos factores, incluyendo la edad y la práctica de diversas actividades (laborales o deportivas), favorecen la aparición de estas lesiones que pueden variar desde la tendinopatía hasta la rotura.

La tendinitis o tendinopatía bicipital, es un proceso inflamatorio-degenerativo, según el tiempo de evolución, de la porción larga del tendón del bíceps y es una de las principales causas de dolor del hombro.

En un principio puede existir una verdadera inflamación del tendón o de la bursa y la vaina del mismo pero a la larga, como en muchas otras lesiones tendinosas, existe un daño crónico que afecta al tejido colágeno, tendinosis, y que puede desembocar en roturas parciales o totales del mismo.

Las causas de la tendinitis del bíceps incluyen el sobreuso, por una actividad deportiva, laboral o por inestabilidad del hombro, enfermedades inflamatorias, traumatismos, secuelas de lesiones (ej., fracturas), lesiones del labrum o del manguito rotador, como parte del síndrome de compromiso o choque subacromial.

Por su relación con los tendones del supraespinoso y subescapular, cuando estos tendones están dañados, la cabeza del húmero está elevada y desplazada hacia delante, provocando un daño secundario de la porción larga del bíceps como parte del cuadro de pinzamiento o compromiso subacromial (conflicto entre estas estructuras y el acromion o borde libre de la escápula).

Estos traumatismos pueden originar inflamación, edema o microrroturas, en las fases iniciales, pero en las fases siguientes provoca cambios degenerativos crónicos con alteración del patrón de colágeno normal del tendón.  Sin el tratamiento apropiado la lesión puede acabar en la rotura parcial o total del tendón.

Otras causas que pueden provocar un movimiento anormal de la cabeza del húmero dentro de la cavidad glenoidea, y daño secundario del bíceps, son la inestabilidad “funcional”, como en los nadadores, gimnastas, golfistas, levantadores de pesas o lanzadores (ej., béisbol, balonmano o tenistas por la maniobra del saque…) que pueden tener cierta hiperlaxitud que en un momento dado se convierte en “anormal o patológica, no funcional”, u otras causas de inestabilidad traumáticas, como roturas del labrum (SLAP) por episodios de subluxación o luxación, lesiones del ligamento humeral transverso (que mantiene el tendón dentro de la corredera bicipital), edema, fracturas, tumores u otras causas que compriman o desplacen el tendón.

La rotura del tendón del bíceps, parcial o total, proximal o distal del bíceps puede surgir como parte del proceso final de un proceso degenerativo, por sobreuso, o por un traumatismo o un sobreesfuerzo, una torsión del hombro o del codo o una caída con el brazo estirado. El tendón del bíceps tiene más posibilidades de romperse mientras se está levantando un objeto pesado o se está haciendo un gran esfuerzo flexor: ej. Bomberos al subir cuerdas o similar.

Tendinitis del Bíceps

Síntomas clínicos de la tendinitis del bíceps.

El cuadro clínico de una tendinitis en el bíceps suele ser de comienzo lento e insidioso pero, a veces, se produce una rotura aguda del tendón del bíceps por un esfuerzo, con sensación que algo ha crujido o de pérdida de fuerza repentina.

En estos casos, puede observarse, en agudo o en los días o semanas posteriores que el músculo (la bola del brazo) se va bajando hacia la parte del codo al flexionar (esto se ha descrito como deformidad de Popeye, por la similitud con los bíceps del personaje de dibujos).

¿Cómo se diagnostica una tendinitis del bíceps?.

La exploración física y las pruebas de imagen nos permitirán establecer el diagnóstico de la tendinitis del bíceps.

Los pacientes no suelen presentar déficit de la movilidad del hombro salvo que tengan un problema asociado del manguito rotador, sinovitis o inestabilidad. Suelen presentar dolor a la palpación en la corredera bicipital, en la cara anterior del hombro.

La flexión del brazo (sacar bíceps) contra resistencia provoca el dolor y la separación del brazo puede provocar dolor en los casos asociados a compromiso subacromial.

La elevación, contra resistencia, del brazo extendido con las palmas hacia arriba provoca dolor.

La supinación (girar la palma hacia arriba) con el codo a 90º y pegado al cuerpo o la flexión contra resistencia del codo desde esta posición a la vez que separamos el brazo hacia fuera puede provocar dolor o, en ocasiones, la subluxación o luxación del tendón de la corredera bicipital (test de Yergasson).

La exploración clínica de la tendinitis del codo, las radiografías, la ecografía en manos expertas y la RMN, con o sin contraste, nos permitirán identificar: lesiones del labrum superior o anterior, fracturas del troquín o troquiter, lesiones de los tendones del manguito rotador, inflamación y sinovitis, capsulitis (hombro congelado) u otras más raras.

La ecografía de alta resolución puede permitirnos distinguir entre cuadros de tendinopatía o sinovitis hipo o hipervascular del bíceps (aquellos con una reacción marcada de proliferación de vasos que es muy dolorosa y requiere otro tipo de terapias: proloterapia).

Esta es nuestra práctica común y aconsejada, por la ventaja de ver los vasos, porque es una técnica barata, no invasiva, rápida, que permite comparar con el lado sano y permite el seguimiento consulta a consulta.

¿Cómo se trata una tendinitis de bíceps?.

El tratamiento de la tendinitis del bíceps debe incluir la corrección de cualquier factor biomecánico o cualquier problema que pueda estar afectando.

El tratamiento de la tendinitis del bíceps en la fase aguda incluye el reposo, hielo y otras medidas antiinflamatorias.

Se puede asociar crioterapia (frío), masaje transverso profundo o terapia manual.

Para tratar la tendinosis del bíceps, si se ha llegado a la fase crónica, puede ser necesario utilizar terapias para conseguir una regeneración tisular: EPI, plasma rico en plaquetas o suero autólogo condicionado, aplicadas siempre bajo control de ecografía, para tener precisión y certeza.

Tratamiento de la tendinitis o tendinopatía del bíceps

La infiltración de Plasma Rico en Plaquetas es una opción terapeútica en determinados casos.
Lo adecuado es hacerlo siempre guiados por ecografía.

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Rotura del Bíceps

 

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